Un repaso por temas que interesan a amantes y delirantes de la comunicación

lunes, 9 de agosto de 2010

Músicos y teletienda




La crisis afecta al negocio de la música también, por lo que las discográficas pueden estar optando por pluriemplear a sus "artistas". Cantan, bailan, son guapos, solidarios, lloran, rien y sobre todo, por encima de todo, son actores de una suerte de teletienda.

Los videoclips, son una mezcla de imagen, música y publicidad. Es un producto publicitario que no está entroncado en ningún otro programa (a no ser que sea uno de videoclips)que se soporta sobre su propio formato. Podemos decir que forma parte de la publicidad porque, precisamente, publicita, da salida y presencia al trabajo de un "artista" (dejémoslo ahí, sin ahondar), cantante, grupo, etc del mundo musical. Hay varias definiciones para este género que tiene verdaderas obras de arte en su haber, por ejemplo: "realización audiovisual destinada a fomentar el consumo musical de una producción discográfica con frecuencia, entre el público juvenil" o por ejemplo, ésta de Javier Maqua "audiovisual ligado al marketing de la música pop", aunque todos sepamos que no sólo se limita a la música pop.

En realidad mi post de comunicación de hoy, quería destacar la presencia de publicidad dentro del formato de videoclip, que es a su vez publicidad. Es decir, rizar el rizo y la retroalimentación de la publicidad.
Está claro que los artistas siempre están haciendo publicidad de algún producto, un coche que conducen en el clip, unos zapatos, un móvil...Pero estos ejemplos, el de Lady Gaga con "Poker Face" y el de David Bisbal en "Sin mirar atrás" me han parecido demasiado obvios. Da la impresión de que se alejan del product placement y que son directamente un spot, especialmente si analizamos el de Bisbal.

Estos dos productos musicales-publicitarios, porque no podemos llamarlos de otra manera, me recuerdan muchísimo al capítulo de Los Simpsons en que Bart es "reclutado" para formar parte de un grupo, los "Party Posse", cuyo objetivo es mandar mensajes subliminales mediante sus conciertos y videoclips para que los jóvenes se alisten a la Marina. La música no importa, es el producto lo que prima en este caso, el grupo se forma para publicitar a la Marina.
Sin ánimo de parecer una paranoica de la confabulación...¿no serán estos cantantes, "artistas", lo mismo? ¿No serán más que canta-actores que viven de la publicidad? Lo cierto es que con la piratería y las descargas, las discográficas no saben que hacer y este negocio, el de publicitar, es más rentable que seguir "cazando" talentos artísticos, grabando, produciendo y distribuyendo sus discos -que no se van a vender- y poniéndolos en gira (con el oneroso gasto económico que supone)
Estos mega lanzamientos de nuevas estrellas del pop e incluso a veces del rock, postulando que son el talentazo del siglo, invadiendo portadas, pantallas, politonos...metiéndonos por los ojos gente de la que ni se ha oído hablar en la vida, es harto sospechoso.

Las discográficas no están solas en el negocio de la música, son ramas de multinacionales más grandes que las controlan, por lo que no es de extrañar, que lo que ellas nos obligan a tragar sean verdaderos truños que destilan venta de productos, cada vez de forma más evidente.